La aguada es una técnica pictórica que consiste en mezclar en distintas cantidades de agua o alcohol diversas tintas,[1] consiguiendo tonalidades más espesas que la acuarela.
[cita requerida] Fue mencionada por el renacentista Cennino Cennini en su tratado sobre pintura, datado en el año 1437.
[4] También, sobre todo en oriente, se utiliza la tinta china, aunque ésta resulta menos dúctil (produce saltos o cortados en el tono del degradado).
Guarda en común con la acuarela, además, el papel, que debe tener el grosor suficiente para no combarse, aunque también puede pintarse sobre cartón (previamente encolado), e incluso sobre lienzo o tabla, «con preparaciones de cola».
[4] También se llama así a la pintura realizada con esta técnica.