Luis Ceballos y Fernández de Córdoba

Entre sus numerosos merecimientos destacamos el recibido en 1945, cuando ingresó en la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales.

[4]​ En 1959 le fue otorgada la Gran Cruz del Mérito Agrícola[5]​ y posteriormente, en 1964, la de Alfonso X el Sabio.

[6]​ Un año más tarde ingresó en la Real Academia Española, en cuyo discurso reseñó la flora del Quijote.

Suya es la famosa frase que advertía sobre cómo interpretaban las autoridades y algunos compañeros su plan: «el bosque es una población vegetal, no un ejército de árboles».

Además se repuso una placa, en la Lonja del Monasterio, con las señales de la Meridiana Astronómica que en 1905 había colocado su padre.