Luis de Casoria
Enseñó filosofía y matemáticas en Nápoles durante veinte años hasta que, tras una experiencia mística vivida durante la adoración eucarística, decidió dedicar su vida al rescate de los niños africanos en la esclavitud.En ese mismo año ocurrió un episodio que cambió su vida: mientras estaba en adoración ante el Santísimo Sacramento en la iglesia de San Giuseppe dei Ruffi, cayó al suelo al darse cuenta de que había llegado el momento de cambiar su vida dedicándose a una actividad benéfica que marcó el resto de sus días.Con el consentimiento y la ayuda de Fernando II de las Dos Sicilias, logró rescatar a numerosos niños esclavos en El Cairo y Alejandría, con el objetivo de darles una vida digna, una educación cristiana y una preparación cultural para poder enviarlos como misioneros indígenas al continente africano.De gran ayuda para él fueron muchos terciarios franciscanos, quienes con él fundaron los Frailes de la Caridad, llamados "bigi", y las Hermanas Franciscanas Isabelinas, llamadas "bigie", en 1962, que aún hoy continúan su carisma.A sus obras prestó especial ayuda santa Caterina Volpicelli, mujer carismática devota del Sagrado Corazón de Jesús que también mantuvo relaciones con san Daniele Comboni,[1] san Annibale Maria Di Francia, santa Giulia Salzano, santa María Cristina Brando (hija espititual del mismo Ludovico), beato Pío IX, beato Antonio Rosmini, beato Bartolo Longo y la venerable Anna Lapini.