En la batalla, librada en momentos en que las tropas españolas al mando del coronel español Juan Francisco Sánchez y gran número de refugiados que los acompañaban se disponían a cruzar el río, los cazadores al mando de Salvadores protagonizaron el victorioso choque inicial y continuaron un fuego sostenido "sobre las balsas conductoras de granaderos é isletas que tenían cubiertas con tropa sobre los que dirigieron sus fuegos con tal acierto que se observó que del gran número de gente que se hallaba dentro del río no llegó al otro lado uno sólo, mirando con bastante dolor que el río era el sepulcro de cerca de 200 hombres, y entre ellos algunos paisanos.".[4] En la derrota, en que perecieron muchos refugiados, los realistas tuvieron un número indeterminado de muertos, 70 prisioneros y perdieron 5 cañones, viéndose obligados a refugiarse en Valdivia con lo que la división patriota daría por finalizada la campaña.El 9 de enero de 1820 al producirse la sublevación de los capitanes Mariano Mendizábal (oficial del 1.º de Cazadores) y Francisco Solano del Corro y del teniente Pablo Morillo, Salvadores fue reducido a prisión por los amotinados,[5] junto al teniente coronel Severo García Grande de Sequeira, los capitanes Camilo Benavente, Juan Bautista Bosso (o Bozo), N.Zorrilla, los oficiales inferiores Moyano, Maure, Vega, Echegaray, Zuluaga, Velasco, Blanco y Ramiro y otros, y los comandantes de milicia Quiroga y José Navarro.Salvadores, Sequeira, Fuentes, Bosso y Benavente fueron conducidos por una escolta al mando del sargento español Catalino Biendicho[6] y tras tres días de dura marcha, al llegar a la localidad de Aguango, en Valle Fértil, unas 60 leguas (35 km) al norte de San Juan, fueron alojados en un rancho.[8] Casó con Zelmira Báez, a quien se concedió pensión en julio de 1867.