Su objetivo era premiar los servicios civiles prestado a Chile, basándose en la Legión de Honor francesa.
Los receptores eran los integrantes del ejército o aquellos que hubieran combatido por la Independencia, aunque se abría la posibilidad de entregarse a otros.
Se dividía en cuatro grados, en orden decreciente, con sus correspondientes pensiones anuales (moneda de la época) y honores militares:[1] El pago de las pensiones se efectuaba por la renta las haciendas confiscadas a los realistas.
Además, gozaban de fuero especial y solo podían ser juzgados por sus pares.
O'Higgins se negó a respaldar esta decisión y cuestionó la capacidad del Senado para hacerlo.
La aristocracia existente en Santiago estaba preocupada porque la Legión se estaba convirtiendo en una nueva forma de nobleza (que había sido abolida en Chile) y lo veía como una amenaza para su estatus.
Finalmente, en junio de 1825, el presidente del Consejo de Regencia, José Miguel Infante, retiró la asignación financiera restante y rescindió la ley que establece la Legión.
Al igual que con otras órdenes contemporáneas, la Legión del Mérito utilizó una variedad de insignias para distinguir a los designados para las diversas clases de la orden.
El disco central consiste en un fondo de esmalte azul celeste sobre el cual se representa una columna coronada con un globo terráqueo, todo descansando en un compartimento en el suelo (el diseño central está tomado del entonces escudo de armas chileno).
También llevaban una faja azul celeste sobre el hombro derecho recogido en un lazo sobre la cadera izquierda del que colgaba la insignia de la Legión.