Hizo la campaña de Chile, luchando en Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú.
Sequeira fue arrestado y muy mal tratado por la tropa, que lo acusaba de haber ejercido su mando en forma despótica.
Cuando el coronel Rudecindo Alvarado exigió – desde Mendoza – la libertad de los prisioneros, el efímero gobernador Mendizábal los liberó.
Considerándose en peligro, Sequeira huyó en dirección a La Rioja, acompañado por una reducida escolta.
Pero el coronel Del Corro, más exaltado que su jefe Mendizábal, envió en su busca a un grupo de soldados.