Diferentes grupos religiosos siguen distintas tradiciones en cuanto a la manera de interpretarlos y enumerarlos.Los Diez Mandamientos aparecen dos veces en la Biblia hebrea: en los libros de Éxodo y Deuteronomio.[1] La expresión «Decálogo» deriva del griego δεκάλογος, dekalogos, que significa y se refiere[2] a la traducción griega (en acusativo) δέκα λόγους, deka logous, «diez palabras», como aparece en la Septuaginta (abreviada como LXX) en Éxodo 34:28 y Deuteronomio 10:4.El contenido de esos mandatos divinos se encuentra en varios pasajes del Pentateuco.5 No te inclinarás ante ninguna imagen, ni las honrarás; porque yo soy Yahveh tu Dios, fuerte, celoso, que castigo la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, 6 y hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.12 Guardarás el día de reposo para santificarlo, como Yahveh tu Dios te ha mandado.[32] Los Diez Mandamientos están escritos con margen para diversas interpretaciones, lo que refleja su papel como resumen de principios fundamentales.[33][32][34][35] No son tan explícitas[32] ni tan detalladas como las reglas[36] o como muchas otras leyes y mandamientos bíblicos, porque proporcionan principios rectores que se aplican universalmente, a través de circunstancias cambiantes.Para la tradición católica, los Diez Mandamientos, aunque fueron revelados, son accesibles a la razón humana de modo natural.Según esta visión, cada uno de los Diez Mandamientos habría sido dirigido a todos los judíos en singular porque cada judío debería sentir la obligación personal de observarlos ya que les fueron dirigidos directamente a él.[cita requerida] Los Diez Mandamientos están divididos del siguiente modo:[56] Dios dijo estas palabras: