Esta tradición se inició en el siglo XIX a partir de los festejos que se celebran con la llegada al puerto de los barcos desde Cuba y Latinoamérica.
Se llamaban "indianos" a los isleños que habían emigrado y volvían a la isla presumiendo de riquezas e historias de prosperidad.
En los años sesenta del siglo XX, un grupo de amigos, entre ellos Alfredo Pérez Díaz, los hermanos Yolanda, Gonzalo y Manuel Cabrera Santos y Estela Sánchez Cabrera, esposa de este último, todos ellos grandes enamorados del carnaval y la parranda, decidieron parodiar al emigrante que vuelve de hacer Las Américas.
La fiesta comienza desde las primeras horas del día en que ya se pueden ver por la calle personas vestidas de indianos.
Todo esto, claro está, tomado desde el punto de vista que representa esta parodia del indiano rico que regresa a su tierra natal.
El personaje por excelencia de esta fiesta palmera es La Negra Tomasa que siempre acude puntual a la cita en el atrio del ayuntamiento.