Los apostólicos

Aquella furibunda y no vista humillación del tiranuelo compensaba sus nueve años de insolente poder.Entre los nuevos personajes ‘pintorescos’, puede mencionarse a «Don Felicísimo Carnicero», máxima expresión de un rostro chato.Todo se haría bonitamente por medio de la siguiente receta: matar al tirano y fundar una república a estilo griego».[4]​ Leopoldo Alas «Clarín» publicó una reseña crítica en El Imparcial,[5]​ considerando que «este episodio es una de las obras más excelentes entre las escritas por el que llegará a ser acaso el Dickens español» (refiriéndose obviamente a Benito Pérez Galdós).[6]​ Asimismo, varios galdosistas mencionan el «leve incidente» que Galdós tuvo con Ramón Mesonero Romanos –una vez más requerido como consejero histórico para la construcción del episodio–, cuando el costumbrista madrileño se excusó de tal tarea.