Lorenzo Villalonga
Estudió Medicina en las facultades de Murcia, Barcelona, Madrid y Zaragoza, donde terminó la carrera, especializándose en Psiquiatría, en 1926.Ejerció como médico en Palma, primero en un consultorio privado, y más tarde en el Hospital Psiquiátrico de la ciudad.[1] Durante esta primera época de su carrera como escritor, se interesó por las vanguardias estéticas europeas, y muy especialmente por Marcel Proust, que tendría una influencia decisiva en su obra.La novela, prologada por Gabriel Alomar, recibió duras críticas por parte del regionalismo mallorquín, especialmente de Miquel Ferrà y de Maria Antònia Salvà, molestos por las críticas a la Escuela Mallorquina, representada en la novela por la poetisa chueta Aina Cohen.[1] Durante estos años, su posición política anticatalanista le llevó a decantarse por el castellano como lengua de expresión literaria.[3] Silvia Ocampo, Madame Dillon y la obra dramática Fedra (1932) conforman lo que Jaume Vidal Alcover denominó "ciclo de Fedra"; escritas inicialmente en castellano (aunque luego fueron traducidas al catalán por el propio autor), en todas ellas se dejan sentir los ecos de la relación que el autor mantuvo con la poeta cubana Emilia Bernal.[1] Entre 1952 y 1954 escribió, también en catalán, la que se considera su obra más importante, Bearn o La sala de las muñecas.[2] Durante estos años destacan sus novelas L'àngel rebel (1961), Falses memòries de Salvador Orlan (1967), Les Fures (1967) y El misantrop (1972).