De los 26 estados brasileños nueve no tienen litoral, así como tampoco el Distrito Federal.
La mayoría de los 17 estados costeros tienen sus capitales situadas cerca de la costa, salvo Porto Alegre (Río Grande del Sur), Curitiba (Paraná), São Paulo (São Paulo), Teresina (Piauí), Belém (Pará) y Macapá (Amapá).
Porto Alegre, Belém y Macapá se encuentran emplazadas cerca de grandes ríos navegables, accesibles por ello desde el litoral.
Las playas brasileñas (2095 en total[3]) son famosas en el mundo y reciben un gran número de turistas.
Sin embargo, actualme el verdadero punto más al norte del país es el monte Caburaí, en el interior, en el estado de Roraima, mientras que el punto más al sur se encuentra en Santa Vitória do Palmar.
La costa brasileña se ve beneficiada por unas condiciones favorables para la navegación durante todo el año, aunque gran parte de los puertos están obsoletos, mal equipados y congestionados.
En casi todo el litoral se practica la pesca, aunque con una producción modesta con respecto a las capturas internacionales.
Las elevadas temperaturas, los vientos constantes y la intensa evaporación hacen que esos índices aumenten aún más en las zonas de salinas.
Debido a esta particular geografía, casi no hay playas en este tramo del litoral brasileño.
El delta del río Parnaíba marca el límite entre los estados de Maranhão y Piauí.
Piauí tiene una línea costera de solo unos 60 km, la más corta de todos los estados costeros del país, aunque en ella hay cuatro ciudades importantes (Cajueiro da Praia, Ilha Grande Luís Correia y Parnaíba).
Las temperaturas son bastante altas durante la mayor parte del año, con vientos moderados que soplan con frecuencia.
Porto Seguro es considerado como el primer lugar en el que Pedro Álvares Cabral, descubridor de Brasil, puso los pies.
Desde ese trecho hasta la boca del río Iguape dominan las tierras bajas.