Recién acabada, se encuentra con un centurión y dos guardias que se detienen y, tras observar el escrito e indignados por la defectuosa gramática latina de Brian (escribió «Romanes eunt domus», a lo que el centurión le dice que significa «los llamados romanos van (a) la casa»), lo fuerza a escribir cien veces el mensaje corregido («Romani ite domum», es decir, «Romanos, marchaos a casa»).
Brian entonces acepta participar en un complot para secuestrar a la hija del gobernador con el fin de extorsionarlo.
Sin embargo, durante la misión se encuentran con el grupo «Frente Judaico Popular», una facción rival con el mismo objetivo de intención separatista y que también quiere capturar a la hija del gobernador.
Por la mañana, Brian abre las cortinas para contemplar el paisaje, pero descubre una enorme masa de personas frente a la casa.
Horrorizado, Brian intenta, impotente, cambiar sus pensamientos para que no le consideren el salvador, pero sus palabras y acciones inmediatamente se toman como puntos de doctrina y se originan divertidas situaciones.
Tampoco puede el infeliz Brian encontrar consuelo en su vuelta a la sede de la FPJ, donde las personas acercan sus cuerpos afectados por enfermedades y le exigen curaciones milagrosas.
En su lugar, Pilatos elige varios nombres que empiezan con la letra erre, destinado esto a destacar su impedimento en el habla, proponiendo a un candidato que no tiene el apoyo de la población.
Pero, en un momento, parodiando el clímax de la película Espartaco, varias personas crucificadas dicen ser Brian; un hombre, incluso, dice «Yo soy Brian y mi mujer también» y los guardias eligen al hombre equivocado.
Condenados a una muerte larga y dolorosa, varios compañeros de crucifixión intentan animarle cantando «Always Look on the Bright Side of Life».
[3] Se inspira, en clave de parodia, en la filosofía mesiánica que propició el nacimiento del cristianismo.
Algunos gags famosos están protagonizados por un ficticio «Frente Popular de Judea» y sus rivales políticos.
El primer borrador del guion, titulado provisionalmente "The Gospel According to St.
[6] En ese entonces, Harrison manifestó que, sencillamente, le apetecía ver una película como esa.
«Jesucristo no era divertido», dijo años después Terry Jones en un documental de Channel 4.
Sin reparar en ello, solucionaron uno de los mayores problemas jurídicos que podían haber tenido tras el estreno.
Tras su estreno en el Reino Unido, la película no llegó a verse en Irlanda y Noruega, donde incluso se prohibió.
Las quejas fueron beneficiosas para la taquilla y la película pronto pasó a seiscientas salas.
El escándalo no consiguió otra cosa que aumentar las cifras de taquilla.
Pero al final fueron los ayuntamientos los que decidieron si permitían o no su distribución.