Cada combinación consistía en una xilografía o grabado sobre metal acompañado por uno o varios textos breves, destinados a inspirar a sus lectores reflexiones sobre lecciones de moralidad derivadas del conjunto de texto e imagen.La imagen era objeto de numerosas interpretaciones: sólo mediante la lectura del texto, el lector podría determinar el significado que pretendía el autor.Los libros de emblemas, tanto seculares como religiosos, alcanzaron una enorme popularidad en todo el continente europeo.Andrea Alciato, escribió los epigramas que figuran en el primero y más difundido libro de emblemas, el Emblematum liber, publicado por Heinrich Steyner en 1531 en Augsburgo.Como la imprenta pasaba grandes dificultades, la emblemática no encontró pronto una vía fácil para producir obras impresas.