[1] A medida que los viajes transoceánicos aumentaron en importancia, también se hizo cada vez más necesario poder disponer de medios de navegación precisos y fiables en alta mar.
Los científicos y navegantes llevaban mucho tiempo trabajando en el problema de medir la longitud geográfica.
Este método era particularmente inexacto en viajes largos sin tierra a la vista, y en ocasiones provocó situaciones catastróficas, como durante el desastre naval de las Sorlingas de 1707, que costó la vida a casi 2000 marineros,[3] lo que puso en primer plano una vez más el problema de medir la longitud en el mar.
[1] John Harrison recibió más dinero que cualquier otra persona, con varias recompensas en las décadas de 1730 a 1750, y 10.000 libras en 1765.
Además, la Ley estableció recompensas por navegar el Paso del Noroeste, nuevamente en una escala variable de 20.000 libras por llegar al Pacífico a través de un pasaje del noroeste, a 5000 por llegar a 110 grados al oeste o 89 grados al norte, y 1000 libras por llegar a 83 grados al norte.