Después alcanzó especial popularidad en Alemania por varias películas rodadas en dicho país, adaptando novelas de Karl May.
Nació en Rye (pequeña población del estado de Nueva York), en una familia acomodada, que residía en una amplia mansión con criados.
Por su gran estatura y buena forma física, Barker pareció ser el actor apropiado para el papel, y su sobriedad expresiva pareció igualmente adecuada para un personaje de diálogos cortos.
En 1951 Barker interpretó por tercera vez al personaje creado por Edgar Rice Burroughs, en Tarzán en Peligro, esta vez con el gran artesano Byron Haskin como director y con Virginia Huston como nueva Jane, y en 1952 rodó Tarzán, Furia Salvaje de Cy Endfield, con Dorothy Hart como la nueva Jane.
En 1958, Barker protagonizó El capitán Fuego (Captain Falcon), una coproducción franco-italiana, y al año siguiente Misión en Marruecos, una coproducción hispano-estadounidense; luego vino La espada del sarraceno, y terminó en 1959 volviendo a protagonizar una adaptación de Salgari, La venganza del corsario.
Durante toda la década de 1960 trabajó casi siempre en Alemania, país donde se había convertido en una estrella interpretando roles como Mister Dynamite y Dr. Mabuse, entre otros.
Tuvo malas experiencias con dos esposas actrices, y fue remiso a que la última (Carmen Cervera) trabajase en la misma profesión.
Su boda más sonada fue con Lana Turner, quien apenas un año después del divorcio se vería implicada en un escándalo explotado por la prensa sensacionalista cuando su hija mató al que entonces era su amante, el mafioso Johnny Stompanato.
La diferencia de edad (más de 20 años) motivó ciertas desavenencias ya que Carmen no se adaptaba a la vida tranquila, lejos del cine, a la que Barker quería confinarla.
El actor fue incinerado y las cenizas fueron enviadas a la que legalmente seguía siendo su mujer, Carmen Cervera que lanzó las cenizas al mar en España, en Sant Feliú de Guíxols, en la Costa Brava del Mediterráneo.