Levantamiento de Locumba

Este alzamiento tenía la intención de exigir la renuncia del presidente Alberto Fujimori, quien se había reelegido por segunda vez en unas elecciones consideradas ilegítimas; cabe señalar sin embargo, que por entonces el régimen fujimorista ya se hallaba en decadencia.

Veinte minutos después de iniciada la marcha y cerca al poblado de Camiara, se les unió el mayor retirado Antauro Humala, quien fue presentado por Ollanta a la tropa, revelándoles entonces sus verdaderos motivos, esto es, rebelarse contra el gobierno.

Fue entonces cuando Ollanta Humala lo encañonó con su arma y lo obligó a subir en su carro en calidad de rehén.

En el ínterin exigió víveres para sus hombres y tres vehículos con sus respectivos choferes, quienes se convirtieron en sus rehenes durante algunas horas.

Cuando Ollanta abandonó el campamento minero, solo le seguían 19 reservistas, pues los demás habían desertado.

[6]​ Al tercer día, Ollanta Humala huyó con apenas tres reservistas y se ocultó, mientras que su hermano Antauro logró que algunos reservistas y comuneros se unieran a la protesta, recorriendo un sector de la serranías de Moquegua en los Andes peruanos.

Este levantamiento sirvió para que cobraran notoriedad pública ambos hermanos protagonistas, Ollanta y Antauro, hasta entonces oficiales del ejército desconocidos.

Los dos son seguidores de los principios del Etnocacerismo, una ideología extremista esbozada por su padre, el abogado Isaac Humala.

Esta acusación tomó más cuerpo en tiempos de la campaña electoral del 2006 cuando Ollanta postuló por primera vez a la presidencia, y fue reflotada en la del 2011, esta vez por los seguidores de la candidata Keiko Fujimori, que enfrentó a Ollanta en la segunda vuelta electoral.

El motín significó el alzamiento político de Ollanta Humala en el país, lo que años después lo llevaría a la presidencia.