Leopold Bloom
Es hombre que detesta la violencia, y su aparente indiferencia ante el nacionalismo irlandés de sus paisanos le lleva a la controversia.Años después, siendo empleado bancario en Roma, pensó en utilizar este episodio como cuento para Dublineses, pero fue en realidad el germen de la novela.Conforme avanza la novela, Joyce se distancia cada vez más del que había sido su álter ego en el Retrato del artista adolescente, Stephen, y se va identificando con Bloom, quien, en muchos sentidos, revela una de las individualidades de su autor».Es una psique curiosamente anciana para un hombre apenas de mediana edad, y todos los demás personajes del libro parecen mucho más jóvenes que el señor Bloom.(...) Dublín lo considera incómodamente judío, aunque su aislamiento es autoimpuesto (...) él está perpetuamente dentro de sí mismo, algo sorprendente en un hombre tan afable».