Leonidas Yerovi

[1]​ Nació en la calle Bravo del Cercado (actual cuadra dos del jirón Conchucos, en Barrios Altos) y fue bautizado en la Iglesia de San Pedro con los nombres de Sergio Nicolás Leonidas.

Setenta años después renacería, esta vez bajo la dirección de su nieto, Nicolás Yerovi.

[2]​ Yerovi continuó estrenando otras comedias, todas con igual éxito: Álbum Lima (1904), Tarjetas postales (1905), Domingo siete (1907), La salsa roja (1912) y La pícara suerte (1913).

[2]​ En abril de 1914 viajó a Buenos Aires donde fundó el diario Crítica; asimismo, colaboró en la revista Caras y Caretas, logrando igualmente mucha acogida.

Yerovi, que tenía el don de la simpatía, fue correspondido por las mujeres, sobre todo si eran actrices.

Gravemente herido, Yerovi fue llevado por sus amigos en un automóvil al puesto asistencial de la Plaza San Marcelo donde, por la gravedad del caso, recomendaron que lo llevaran a la clínica Maison de Santé.

[4]​ La muerte sorprendió a Yerovi cuando hacia pocos meses había cumplido 35 años de edad.

[2]​ Esa ocasión fue aprovechada por Abraham Valdelomar, ya por entonces un escritor consagrado, para leer un poema en prosa sobre la emoción que le causó enterarse de la muerte del poeta, y que principiaba así: Yo vivo allá en Barranco junto al mar….

A su favor se abogó el carácter pendenciero y la embriaguez habitual de Yerovi.

Debido a la apelación de la sentencia presentada por la madre del poeta, la señora Juana Douat, el proceso continuó en segunda instancia, durante el cual se desvirtuaron, por parte de testigos y amigos del poeta, las atenuantes esgrimidas por la defensa.

[9]​ La obra literaria de Yerovi es muy vasta: ocho comedias que estrenó en vida, e innumerables composiciones poéticas desperdigadas en periódicos y revistas, que fueron recopiladas pacientemente con posterioridad a su muerte.

A todo ello se suma su producción periodística en prosa: artículos de costumbres, crónicas urbanas, comentarios de noticias internacionales, crítica literaria y notas policiales.

Dentro de su producción poética destacan los siguientes poemas: Parte de su poesía, dispersa en diarios y revistas, fue recopilada en dos libros póstumos: Poesía lírica (1944), y Poemas festivos (1960).

Yerovi fue considerado –entre otros, por Luis Alberto Sánchez y Raúl Porras Barrenechea– como representante del escritor criollo de la costa.

[4]​ Siguiendo la vieja tradición comediógrafa limeña, que se remonta a los clásicos Pardo y Segura, Yerovi escribió ocho comedias festivas, que son una crítica a las costumbre de los limeños, pero hecha de una manera alegre y tierna.

Todas ellas gozaron del aplauso unánime de la crítica y el público.

El grupo Ensayo, dirigido por Alberto Ísola, repuso en 1984 la comedia Salsa roja.

[13]​ Washington Delgado resume así el aporte de Yerovi a la literatura peruana:[3]​ Ricardo González Vigil señala:[3]​ Golondrina de amor en anidar,huir en cada Otoño del placer,y en cada Primavera aparecercon nuevas, tibias alas que brindar.

Confundirde tantas dulces bocas el sabor,y al terminar la ronda repetir .

Fachada del Teatro principal de Lima (siglo XIX ), luego bautizado como Teatro Segura .