Hasta hace aproximadamente diez mil años, a finales del Pleistoceno, el león era el más extendido de los grandes mamíferos terrestres tras los humanos.[11] El león fue una de las muchas especies descritas originalmente, como Felis leo, por Carlos Linneo en su obra del siglo XVIII Systema naturae.[13] Con unas extremidades potentes, una fuerte mandíbula y unos dientes caninos de ocho centímetros, el león puede matar grandes presas.El color de la melena va del rubio al negro y suele oscurecerse a medida que el león envejece.El peso natural de los leones adultos varía generalmente entre 180-190 kg[13] en los machos y 120-182 kg en las hembras;[21][22] los leones tienden a tener un tamaño diferente según el medio ambiente y la zona que habitan, algo que resulta en una gran variedad de pesos registrados.[29] También en esta área se encontró el cráneo más grande registrado para cualquier león o félido moderno en el mundo, con 46,68 cm de largo.[51] El león pasa gran parte del tiempo descansando y está inactivo durante unas veinte horas al día.Se producen periodos intermitentes de actividad durante las horas nocturnas hasta el amanecer, que es cuando el león caza con más frecuencia.[55] El grupo suele consistir en aproximadamente cinco o seis hembras emparentadas, sus crías de ambos sexos y uno o dos machos conocidos como la «coalición», que se aparean con las hembras adultas (aunque se han observado grupos extremadamente grandes de hasta treinta individuos).[95] La leona mueve las crías a un nuevo lugar numerosas veces al mes, llevándolas una por una cogidas por la piel de la nuca.Este movimiento tiene como objetivo impedir que se vaya acumulando su olor en el mismo lugar y así evitar la atención de posibles depredadores.Sin embargo, los miembros de ambos sexos pueden resultar heridos o incluso muertos por otros leones cuando entran en conflicto dos manadas con territorios concurrentes.El moquillo se transmite mediante los perros domésticos y otros carnívoros; un brote producido en 1994 en el parque nacional Serengueti provocó que muchos leones desarrollaran síntomas neurológicos, como por ejemplo convulsiones.[115] Los lametones sociales suelen producirse en combinación con los rozamientos de cabeza; generalmente son mutuos y el receptor parece mostrar placer.Suelen rugir por la noche; el sonido, que puede ser escuchado desde una distancia de 10 km, sirve para anunciar la presencia del animal.Sin importar que estén ocultos entre la maleza y en silencio; si han permanecido inmóviles en el mismo lugar, los encontrará.Los guepardos evitan la competencia cazando en diferentes momentos del día y esconden a sus cachorros en zonas de hierba densa.Los leopardos también utilizan estas tácticas, pero tienen la ventaja de poder sobrevivir comiendo presas más pequeñas, algo que no pueden hacer los leones o los guepardos.Más tarde, hace cerca de cincuenta y un mil años el clima africano se hizo cada vez más seco por lo que se formaron barreras como el desierto del Sahara que separó a los leones del oeste y norte de África.El mismo estudio indicó que estos animales salieron de África hace aproximadamente veintiún mil años, final del Pleistoceno, llegando hasta la India, y posteriormente, hace unos cinco lil años —ya en el Holoceno— otra oleada salió del norte de África llegando hasta lo que hoy en día es Irán y el Medio Oriente.[48] Actualmente es habitual que solo se reconozcan ocho subespecies,[42][129] pero una de ellas (el león del Cabo, antiguamente descrita como Panthera leo melanochaitus) es probablemente inválida.[42] Incluso las siete subespecies restantes podrían ser demasiadas; la variación mitocondrial reciente entre los leones africanos es escasa, lo que sugiere que todos los leones subsaharianos podrían ser considerados una única subespecie, posiblemente dividida en dos clados principales: uno al oeste del Gran Valle del Rift y el otro al este.[159][160] Las poblaciones restantes a menudo están aisladas geográficamente entre sí, cosa que puede provocar consanguinidad y, como consecuencia, una carencia de diversidad genética.Por lo tanto, el león es considerado una especie vulnerable por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, mientras que la subespecie asiática está en peligro crítico.[169] En su análisis del caso de Tsavo y de los leones antropófagos en general, Kerbis Peterhans y Gnoske reconocen que los leones enfermos o heridos pueden ser más propensos a atacar humanos, pero que el comportamiento no es «ni inusual ni necesariamente aberrante» cuando tienen la oportunidad.Los autores remarcan que la relación está bien determinada entre otros miembros del género Panthera y primates en el registro paleontológico.[199] Los leones fueron mantenidos hacinados y en condiciones sórdidas en el Zoo de Londres hasta que se les construyó un nuevo hogar con jaulas más espaciosas en la década del 1970.[48] Actualmente, los leones viven en áreas naturalizadas mucho más grandes; las pautas modernas recomendadas son más próximas a las condiciones naturales, con una mayor atención a las necesidades de los leones, subrayando la necesidad de madrigueras en zonas separadas, posiciones elevadas tanto al sol como la sombra donde puedan reposar, una cubierta adecuada del suelo, un buen drenaje y el suficiente espacio para pasearse.Pese a los ataques contra humanos, los leones han disfrutado de una visión positiva en la cultura, como animales fuertes, pero nobles.Como los leones nunca han sido un animal nativo de China, las primeras representaciones eran poco realistas; tras la introducción del arte budista en China durante la dinastía Tang (a partir del siglo VI), los leones eran habitualmente representados sin alas, su cuerpo pasó a aparecer más grueso y corto y su melena, rizada.
Durante los combates, la melena del león hace que parezca más grande que lo que realmente es.
Imagen
termográfica
de un león, mostrando el efecto aislante de la melena.
Leona con la especie de collar que a veces hace que se las identifique como machos.
Una
leona asiática
llamada
Moti
, nacida en cautividad en el Zoo de
Helsinki
en octubre de 1994. Fue trasladada al Zoo de
Brístol
(Inglaterra) en enero de 1996.