Entre finales del siglo II y principios del siglo III, varias vexillationes de la XXX Ulpia fueron enviadas a luchar en Partia, la Galia, Mauritania y otras provincias romanas, debido a la situación relativamente tranquila de Germania Inferior.
La legión fue utilizada por el emperador Alejandro Severo en 235 en su campaña contra los Sasánidas, y apoyó al Imperio Galo de Póstumo.
En el 240, la frontera del Rin se derrumbó bajo el ataque de los alamanes y el XXX Ulpia Victrix pudo haber sido derrotada.
Sin embargo, en 260 otra incursión franca desbordo la frontera y el general Póstumo, con apoyo de la XXX Ulpia Victrix, fue proclamado emperador del Imperio gálico.
Victorino, sucesor de Póstumo, acuñó monedas en honor a la Legio XXX Ulpia Victrix.