Aun así la dominación nunca fue completa y la ocupación de estos territorios imposible.
Cuando las legiones quisieron regresar a Britania se encontraron con una provincia invadida por las tribus pictas de la actual Escocia.
Al mando de Septimio la II Augusta fue trasladada hacia el norte, donde compartió un importante fuerte con la Legio VI Victrix en Carpow.
La campaña de Septimio Severo no se prolongaría en el tiempo, resignándose a abandonar los territorios más allá del muro Adriano y fortificando este.
Al comienzo del siglo IV, en pleno derrumbe del Imperio romano, la Legio II Augusta formó parte de la defensa de la costa sur en Rutupiae (Richborough) frente a los invasores bárbaros.