Acabó con el período de inestabilidad, defendiendo con éxito el Imperio ante los árabes, y adoptó la iconoclasia como política religiosa.
En 717 se rebeló contra el usurpador Teodosio III y, en su marcha hacia Constantinopla, fue elegido Emperador en su lugar.
[2] Debido a su decidida defensa, León consiguió que los árabes se retirasen tras 12 meses de asedio.
El nuevo emperador se vio obligado inmediatamente a atender el segundo asedio árabe de Constantinopla, que comenzó en agosto del mismo año.
Habían aprovechado la discordia civil en el Imperio Bizantino para llevar una fuerza de 80.000 a 150.000 hombres y una enorme flota al Bósforo.
[4] Los cuidadosos preparativos, iniciados tres años antes bajo Anastasio II, y la tenaz resistencia opuesta por León agotaron a los invasores.
El propio Sulayman había muerto el año anterior y su sucesor Umar II no intentaría otro asedio.
Pero la reforma legislativa de mayor peso llevada a cabo por León estaba relacionada con cuestiones religiosas: en concreto con la iconoclasia.
Un edicto promulgado en 722, mencionado por Teófanes el Confesor, ordenaba el bautismo forzoso de judíos y montanistas (aunque no se sabe con certeza qué significaba este último término en la época, en principio referido a una antigua secta probablemente desaparecida).
Muchos, incluido al parecer el emperador, interpretaron este impresionante fenómeno como una señal de la ira divina.
De hecho, es probable que en esta etapa muchos no vieran el culto a las imágenes como una cuestión estrictamente teológica.
Pero al año siguiente, el rey Liutprand conquistó el ducado de Spoleto (un principado autónomo lombardo) y se hizo dueño de casi toda Italia; persiguiendo al duque Thrasamund, que se había refugiado con el Papa, puso sitio a Roma, y Gregorio III escribió entonces a Carlos Martel pidiendo ayuda.
En 737, tras quince años de guerra, los árabes derrotaron finalmente a los jázaros, que se convirtieron temporalmente al islam.
Al menos León III terminó su reinado con una victoria, que además reforzó la legitimidad de su hijo.
En la actualidad existen diferentes copias de dichos intercambios epistolares en árabe, armenio, latín y aljamía.