El lanzador Northover fue diseñado por el oficial de la Home Guard Robert Harry Northover como un arma antitanque improvisada, que entró en producción en 1940 después de una demostración ante el Primer Ministro del Reino Unido Winston Churchill.
[3] El Ejército británico no estaba adecuadamente equipado para defender el país ante tal situación; en las semanas posteriores a la evacuación de Dunkerque solamente podía desplegar veintisiete divisiones.
[4] El Ejército padecía una grave escasez de cañones antitanque, porque 840 habían sido abandonados en Francia y solo 167 estaban disponibles en Gran Bretaña; la munición para los cañones restantes era tan escasa, que los reglamentos prohibieron su empleo para entrenamiento.
Era difícil de mover, el trípode tendía a dañarse si se dejaba caer y la presión generada por su disparo fue descrita como "débil".
[2] También podían romperse dentro del cañón al ser disparadas,[1] dañando el arma e hiriendo a sus artilleros.
[10] Incluso al disparar correctamente, el lanzador emitía una gran nube de humo que tardaba hasta un minuto en disiparse y delataba la posición del arma.
[11] Las reacciones iniciales ante el lanzador Northover fueron dispares, con algunos voluntarios de la Home Guard teniendo dudas sobre el inusual diseño del arma y algunos oficiales jamás aceptaron que podía ser útil.