Las 5 hendiduras branquiales son largas y todas ellas están por delante del origen de la aleta pectoral.
La aleta caudal es grande, en forma de medialuna y con una muesca subterminal muy poco marcada.
Esta especie se ha descrito tanto en solitario como en grupos y agregaciones de alimentación.
Se piensa que los especímenes de gran tamaño (3 metros o más) pueden dar caza a presas de mayor tamaño (atún rojo, pez espada y ocasionalmente marsopas y delfines).
Debido a esta intensa sobrepesca la población del Atlántico norte ha sufrido un acusado descenso (hasta un 89%) en los últimos 40 años.
En consecuencia, es una especie que a días de hoy es poco abundante y los ejemplares son cada vez más pequeños.
Comercialmente se le captura en gran cantidad con palangre de deriva y en menor número con artes menores; es también apreciado en la pesca deportiva por la potencia de su tracción, aunque no suele saltar fuera del agua como lo hace su pariente el marrajo.