[3] Este taxón fue descrito en el año 1921, originalmente como una especie plena, por el mastozoólogo británico Michael Rogers Oldfield Thomas, bajo la combinación científica de Lagidium boxi.
[4] La localidad tipo referida es: “Pilcañeu (= Pilcaniyeu), alto río Negro, noroeste de la Patagonia”.
Etimológicamente, el término subespecífico boxi es un epónimo que refiere al apellido de la persona a quien fue dedicada, el colector del ejemplar tipo, el señor H. E.
Tanto sus molariformes como sus incisivos crecen en forma continua; estos últimos son delgados y con su capa de esmalte decolorada.
Posee un pelaje suave, denso y lanoso, el cual exhibe un patrón cromático dorsal (incluida la cabeza) gris oliváceo[1] más oscuro que Lagidium v. moreni,[4] anteado con sufusión amarillenta (que lo separa de L. v. sarae cuyo dorso es gris oscuro sin sufusión amarillenta).
Las patas anteriores son más cortas, y sus débiles uñas no le sirven para cavar.
[15] Posee hábitos diurnos, con mayor actividad en las primeras y últimas horas del día.
[18][19] Compite por los mismos recursos con una especie introducida y muy abundante, la liebre europea (Lepus europaeus), sin embargo esta última prefiere terrenos con menor pendiente.
[20][21] Durante el invierno no hibernan; frente a temporadas de frío riguroso pueden descender altitudinalmente buscando mejores condiciones.
[15] Entre sus predadores se encontrarían el puma (Puma concolor),[15] el zorro colorado patagónico o culpeo (Lycalopex culpaeus magellanicus) y ocasionalmente grandes aves rapaces de hábitos diurnos, en especial el águila mora (Geranoaetus melanoleucus)[22] y el ñacurutú patagónico o tucúquere (Bubo virginianus magellanicus), un strigiforme de hábitos crepusculares-nocturnos.
La hembra podría ser poliéstrica, pudiendo parir 2 o 3 veces cada año, si las condiciones le son propicias.
Al llegar su peso a 1 kg, alcanza su madurez sexual, esto ocurre entre los 7 y los 12 meses de vida.
Es cazada localmente, para aprovechar su carne y, en menor medida, su lana o piel, de escaso valor comercial ya que la pelecha continuada de su pelaje hace que en todos los meses del año su piel no sea apta para un aprovechamiento industrial.