Esta enzima también puede oxidar substratos como complejos metálicos orgánicos o inorgánicos, ferrocianidas, anilinas, benzotioles, y otros compuestos biológicos con potenciales redox menores a 1 V.
[3] La lacasa se encuentra en una variedad de plantas, hongos, e inclusive insectos y bacterias.
[3] Posteriormente, en 1894, Gabriel Bertrand logró aislarla y purificarla, para dos años después descubrir junto a Laborde, que la lacasa también estaba presente en hongos.
[4] Desde entonces esta enzima se ha encontrado en especies tales como hojas de té verde (1966), arce (1995), tabaco (1996) o más recientemente lolium (2002) cuya lacasa ha sido caracterizada y clonada.
[5] Desde el descubrimiento de las lacasas se han estudiado las funciones que esta enzima desempeña en los organismos.
[4] Sin embargo, este comportamiento no ha podido ser generalizado pues existen especies que llevan a cabo estos procesos sin la presencia de lacasa.
En Aspergillus nidulans, Daldinia concentrica y Lentinula edodes, por ejemplo, se sabe que estas enzimas están asociadas a la síntesis de pigmentos.
Esta reacción genera radicales que se pueden rearreglar espontáneamente para fisionar enlaces C-C y C-O o promover la apertura de anillos aromáticos.
[4] Aniones como haluros, azidas, cianidas e hidróxidos pueden unirse al sitio activo trinuclear.
Estos compuestos actúan como quelantes sobre el Cu(II), modifican los residuos de aminoácidos o causan un cambio conformacional en la glicoproteína.