Vulva

Tras el desarrollo de la vulva, se producen cambios en el nacimiento, la infancia, la pubertad, la menopausia y la posmenopausia.[2]​[3]​ Se atribuye o bien en conjunto con la voz latina volvere (‘rodar’, ‘revolcar’, ‘girar’) a una raíz indogermánica vélu-, vel (‘circunvalar’, ‘envolver’, ‘girar’, ‘virar’) y luego al injertar una palabra indogermánica vlvo que significa ‘envoltura’, ‘membrana’ (del huevo), ‘útero’.En el Rig-veda (el texto más antiguo de la India, de mediados del II milenio a. C.) aparece la palabra sánscrita ulva (o ulba), que significaba ‘membrana’ (especialmente la que rodea al embrión), y un milenio después ―en el Vāyasanei samjitá― pasó a significar ‘útero’.[4]​[5]​ O bien se toma a partir de la forma latina volba, que aparece referenciada (en todo caso bastante más tarde) en el Edictum Diocletiani con una raíz común con la familia de palabras griegas δελφύς (/delfés/) ‘útero’, ἀδελφός (/adelfós/) ‘hermano’, δέλφαξ ‘cerdo doméstico lechón’.[13]​ También incluye algunas de las variantes regionales de otros países hispanohablantes, por ejemplo «chucha» (Ecuador, Chile, Panamá y Perú), «choro» (Chile),[14]​ o la palabra malsonante «concha», que se usa con esta acepción en Argentina, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay,[14]​ así como la palabra «cuca», que se considera malsonante en países como Colombia, Guatemala, Honduras y Venezuela (en este último país también se suele emplear la palabra «cuchara» o «totona» a modo de eufemismos, aunque aun así se consideran malsonantes).En la lámina propia del vestíbulo vaginal se alojan glándulas sebáceas que forman una película protectora contra la acción de la orina.Aquí el nervio más importante es el nervio pudendo, el cual nace del plexo sacro (Plexus lumbosacralis) de los segmentos medulares sacros 1 a 4 y alimenta con fibras somatosensibles y somatomotoras la mayor parte de los órganos sexuales femeninos.A través del sistema nervioso neurovegetativo se regulan no solamente el mantenimiento del equilibrio interno (homeostasis) de funciones vitales importantes como el latido cardíaco, la respiración, la digestión y el metabolismo, sino también de órganos y sistemas orgánicos tales como los órganos sexuales, las glándulas endocrinas (hormonas), glándulas exocrinas (como por ejemplo las glándulas sudoríparas, el sistema vascular (irrigación o congestión, presión sanguínea) y similares.El himen, que en muchos mamíferos se presenta como un pliegue anular escasamente demarcado, tampoco pertenece a la vulva.En muchos animales mamíferos el prepucio del clítoris está fuertemente adherido al glande, de modo que no se forma allí un pliegue o hendidura.En muchos mamíferos se presentan también cambios en la vulva durante el ciclo estral, cuya magnitud varía individualmente y según la especie.Esta se produce mediante vasoconstricción de los vasos sanguíneos venosos que allí divierten.Directamente después del orgasmo, el clítoris es con frecuencia muy sensible y la estimulación adicional puede ser en ocasiones percibida como desagradable.Esta dilatación afecta, además, al tejido eréctil del vestíbulo, así como también al tejido de los labios y del perineo, el cual puede desgarrarse rompiéndose por la presión y en ocasiones se corta quirúrgicamente durante el parto (episiotomía) para evitar los desgarros vaginovulvoperineales.Durante las primeras ocho semanas del desarrollo embrional, los embriones masculinos y femeninos presentan los mismos órganos sexuales rudimentarios.Tras la octava semana, comienza la producción de hormonas del embrión y los órganos sexuales empiezan a desarrollarse en direcciones diferentes.[20]​[43]​ Inmediatamente después del nacimiento, las estructuras externas de los genitales se encuentran frecuentemente hinchadas y muestran un tamaño desproporcionado.Por lo general, la hinchazón declina a los pocos días tras el nacimiento y la vulva presenta entonces el tamaño normal.[44]​ En la pubertad la vulva sufre un cambio notable, ya que los genitales externos también reaccionan a las hormonas sexuales.[50]​[51]​[52]​[53]​[54]​ En la vulva pueden aparecer una serie de enfermedades diferentes, las que en parte pueden involucrar a los genitales internos.[56]​ Las infecciones bacteriales más frecuentes son causadas por Streptococcus pyogenes, Staphylococcus aureus (foliculitis, pseudofoliculitis), Corynebacterium minutissimum (eritrasma), Neisseria gonorrhoeae (gonococo) y Chlamydia trachomatis (clamidia).[62]​ Se discuten como posibles explicaciones, por ejemplo durante la menopausia, los cambios hormonales y también las causas psíquicas.En el ámbito cultural occidental la modificación más ampliamente difundida es la depilación completa o parcial del vello púbico.Las inflamaciones, desgarros y sangramientos son los problemas más frecuentes de los pírsines en la zona genital femenina.[81]​ La extirpación quirúrgica del clítoris se denomina clitoridectomía, donde es raro el caso de una prescripción médica debido a enfermedades cancerosas específicas.La clitoridectomía se realiza hoy día principalmente en el contexto cultural, como una mutilación de los genitales femeninos (infibulación).[83]​ Algunas mujeres se someten a diversas medidas quirúrgicas como la labioplastía, donde se pueden reducir o retirar los labios menores, a veces también realizar (reducción del prepucio clitórico), aumentar el tamaño de los labios mayores, estrechar la entrada de la vagina, construir un himen o variar la posición del clítoris.[87]​ En culturas diferentes aparecen una y otra vez símbolos iguales o similares que representan a la vulva.[93]​ Entre los siglos XVII y XIX, durante los períodos Edo y Meiji se establecieron, como variantes del grabado de color en madera (Ukiyo-e), imágenes muy liberales conocidas como Shunga, literalmente imágenes primaverales, donde la denominación «primavera» es una metáfora para «sexo».También otros artistas fueron objeto de sanciones; aún en 1917 fue clausurada por la policía una exposición de Amedeo Modigliani, la única realizada durante la vida del artista, debido a que sus desnudos, por mostrar el vello púbico, se consideraban pornográficos.
Los músculos isqueocavernoso y las subdiviciones del músculo bulboesponjoso : Musculus constricor vulvae y Musculus constricor vestibuli , el último circunda directamente la entrada de la vagina.
Vulva de elefante.
Ano , perineo y vulva (levemente abierta) de una gata doméstica
Hinchazón cíclica en una hembra Papio
Labios en estado normal y en estado de excitación sexual en una mujer con una lubricación claramente visible
Hinchazón de la vulva en una mujer embarazada
Aparato reproductor femenino en una ecografía en la 14.ª semana del embarazo
Flujo vaginal en la gonorrea
Piercing en los labios menores y del clítoris y depilación del vello púbico
Vulvae en símbolos de diferentes épocas y entornos culturales
Lucas Cranach el Joven : Venus y Cupido (ca. 1540). Vulva con insinuación de vello púbico.
William Adolphe Bouguereau : Detalle de El nacimiento de Venus (1879). Representación de la vulva sin detalles anatómicos.
Francisco de Goya : Maja desnuda ca. 1800-1803. Vulva con insinuación de vello púbico.