[2] Este filme se vio muy influido por los tintes del neorrealismo italiano que triunfaba en toda Europa.
[4] Josefina y Antonio son una pareja de recién casados que espera a su primogénito.
Mientras tanto, Antonio busca una solución entre los golfos y la mafia de la ciudad, obteniendo así, casos en los que ejercer como abogado defensor.
El empleo como abogado debe compaginarlo siendo oficinista durante las mañanas, ya que su familia está a punto de crecer.
Ante esto, Josefina sufre un ataque de celos, por lo que decide hipnotizar a Antonio para saber la verdad del asunto.
Finalmente, Antonio sale en su búsqueda y, al hallarla enfrente del escaparate de una tienda, le pide disculpas.
Todo gracias al productor José Gutiérrez Maesso que le ofreció a Fernán-Gómez, cuando La vida por delante a penas llevaba tres semanas en cartelera, la oportunidad de filmar La vida alrededor con la productora Tecisa.
Esta empresa cinematográfica aconsejó ciertas renovaciones y mejorías para el guion respecto a la predecesora, por lo que al equipo de guionistas de la primera parte, compuesto por el director y por Manuel Pilares, se unió un nuevo guionista: Florentino Soria.
El acuerdo al que llegaron fue reflejar los mismos conflictos, pero de forma más punzante.
[7] El conflicto que la familia protagonista sufre parece versar sobre la convivencia a raíz del nacimiento de su hijo.
Para ello, el director utiliza recursos ya vistos en La vida por delante, sin embargo, en esta ocasión son más exagerados.
Alguno de ellos es, por ejemplo, la interpelación al espectador a través de los protagonistas cuando estos fijan la mirada en la cámara, como se ve en la escena del robo del bolso en la que Antonio grita indignado a la muchedumbre que le observa impasible.
Así, entra a tratar las dificultades económicas y las cuestiones morales del Madrid de los años 50.
Ciudad que se hallaba en total decadencia por la pasada Guerra Civil y con muchas carencias en relación con los demás países del Viejo Continente.
Para mostrar este universo, los actores principales representan a un matrimonio de jóvenes universitarios, educados y refinados a los que les toca lidiar con su matrimonio, con la precariedad laboral en un clima el entusiasta y desesperado.
El universo que el director desea plasmar en La vida por delante y en esta secuela, se puede observar en la escena en la que Antonio le espeta a un señor que le critica su excesiva premura: “Yo no quiero la vida por delante, yo quiero la vida alrededor”, o cuando este personaje dice: “Fíjate, tener una carrera y estudios para esto”.
Es fácil encontrar un símil entre esta película y el éxito Jim Carrey de Mentiroso compulsivo (1997) por el problema que sufren los dos protagonistas de ambas cintas en torno a no poder decir nada más que la verdad.
Esta idea transmitida al espectador da pie, aunque se considere a esta cinta como cómica y agradable, a mostrar el lado más pesimista y negativo de la filmografía del muy crítico Fernán-Gómez, que en sus películas ejecuta una y otra vez una queja continua sobre cómo es la sociedad española que, tiempo después, deja al público anonadado por su dureza.