cita que fueron 1322 soldados, 460 soldaderas, más de 500 víctimas civiles e innumerables heridos.
Cuando sucedían estas maniobras llegó a la ciudad un cuerpo de carabineros a caballo enviado por el general Álvarez el cual se alojó en la colecturía y en los mesones de la ciudad.
En estas circunstancias se dio a conocer que llegaría, en previsión del ya próximo conflicto, una brigada de Oaxaca al mando del general Ignacio Mejía, la conformaban tres batallones, el 1°, el 2° y el “Patria”, que eran parte de la 3ª División del Ejército de Oriente comandado por el general Ignacio Zaragoza.
La colecturía permaneció en pie gracias a sus muros de tres metros de ancho pero las casas próximas se derrumbaron en un instante y las de más allá cuarteadas y bamboleantes quedaron en estado ruinoso, la inmensa nube de polvo no permitió ver la magnitud del siniestro sino mucho después, cuando se empezaron a oír las primeras víctimas sobrevivientes, la gente del pueblo y los soldados sobrevivientes se dispusieron a remover las piedras en busca de heridos.
La autoridad dispuso improvisar un hospital en la casa del Sr. Julián Muñoz donde se transportaron muchos de los heridos y el Sr. Martin Tritschler se encargó tanto de la administración del nosocomio como de todos los gastos, en el hotel de la Esperanza los doctores José Justo Joffre, el que venía con la brigada y Miguel Reyes, sin descansar, operaron, curaron y asistieron a los heridos.