La esperanza del navegante

Entre los años 1968 y 1973 Miró se ha retirado ya a la isla de Mallorca y está inmerso en un proceso creativo que le lleva a consolidar su estilo y explorar nuevas vías, entre las que destaca un renovado interés por la cultura oriental.

Jacques Dupin señala la influencia que tuvo en Miró el arte japonés, que en estas obras se puede apreciar si interpretamos las líneas como gestos caligráficos sobre manchas de color intenso.

[4]​ Según Dupin, en estas obras se puede apreciar una técnica que Miró repite a menudo durante el 1968, caracterizada por grafismos negros sobre fondo coloridos o, por el contrario, manchas coloridas sobre fondos oscuros o directamente negros.

[9]​ Son evidentes las semejanzas entre las primeras dos obras de la serieLa esperanza del navegante , correspondientes al 1968, y la obra de MiróLa esperanza del condenado a muerte , especialmente en el gesto y en el uso de la relación entre la figura y el fondo.

[11]​ A diferencia de como Miró había usado el color negro en las pinturas sobre la Guerra civil española, ahora el negro pierde el dramatismo que había logrado y se convierte en un fondo de matices sutiles sobre el que se desarrollan trazos y formas redondeadas blancas y de colores.