La corrupción de un ángel

En su vida cotidiana Tōru tiene amistades un tanto extravangantes como Kinue una chica alocada que se considera reina de la belleza.

Ello supone el fin del noviazgo con Momoko y, en octubre de 1973, se revela que Honda ha descubierto el ardid utilizado por su hijo adoptivo.

Impactado el joven, unos días después, intentará suicidarse ingiriendo metanol pero sobrevive con secuelas, descubre que Keiko le traicionó y se refugia en Kinue.

Satoko, quien es la abadesa, lo admite pero durante su conversación le indica al antiguo juez que nunca conoció allí a nadie llamado Kiyoaki Matsugae.

Confuso y desolado Honda da un paseo por el jardín del templo, por invitación de Satoko, un lugar que para el antiguo juez "no tenía recuerdos, nada".