Tras la derrota de Japón en la guerra Honda gana un complejo caso en el que una comunidad litiga por sus tierras y, a cambio, recibe una fortuna.
Con 56 años ya no necesita trabajar y se vuelve un hombre rico.
En esa condición aspira a volver a encontrarse con el espíritu del Japón milenario con la serenidad que le da la madurez de la vida y desde su actitud de voyeur.
La princesa Ying Chan, que tiene 19 años, estudia en Japón y Honda está obsesionado por ella.
Después de la derrota, Japón con rapidez se ha transformado en otro país, y la cultura occidental empieza a permearlo todo, cambiando las costumbres o la manera de vestir.