Transmigración

La transmigración es la moción o peregrinación del espíritu de un cuerpo-y-alma a otro, "moción" que tiene lugar necesariamente siempre que un tal vehículo compuesto muere o se genera otro, de la misma manera que el agua podría verterse de una vasija en el mar, y ser introducida después en otra, con lo cual sería siempre "agua", pero nunca, excepto en la medida en que la vasija parece imponer una identidad y una apariencia pasajera a sus contenidos, un "agua" propia.

La transmigración del Atman "individual" (el alma) solo puede corresponder a un caso particular de la transmigración del Paramatman (el Espíritu, el Brahman), para cuál, no obstante, puede probarse deseable emplear algún término tal como "peregrinación".

[2]​ La transmigración es algo así como el viaje que realiza el Espíritu a través de las diversas formas de vida a las que anima momentáneamente, mientras dura su vida, para luego retirarse sin sufrir cambio alguno.

Es el Espíritu, quien alimenta la chispa divina de la vida, que está ubicada en el ventrículo más recóndito del corazón o guhâ (refiriéndose al centro del ser individual, tradicionalmente simbolizado por este).

Se confunde frecuentemente con la metempsicosis, diferenciándose de esta en que involucra al ser real y no solo la herencia directa o indirecta de las características psicofísicas del difunto.