La obra, que el autor culminó antes de haber cumplido los treinta, se convirtió en un icono del Romanticismo francés.Al menos 150 personas quedaron a la deriva en una balsa construida apresuradamente, y todas ellas, salvo 15, murieron durante los 13 días que se tardó en rescatarlos.[2] Al seleccionar esa tragedia como el tema de su primer trabajo importante —una descripción que no le había sido encargada de un acontecimiento reciente—, Géricault escogió deliberadamente un incidente muy conocido que pudiera generar un gran interés público y, al mismo tiempo, ayudarlo a impulsar su carrera.[3] El evento en sí fascinó al artista, quien, antes de comenzar a trabajar en la pintura final, emprendió una investigación intensa y realizó muchos bocetos preparativos.No obstante, el evento consolidó su reputación internacional, y el cuadro es, aún hoy, ampliamente considerado una obra seminal[4] en la historia temprana del Romanticismo en la pintura francesa.Dirigía un convoy compuesto por otras tres embarcaciones: el buque-bodega Loire, el bergantín Argus y la corbeta Écho.Aunque la Médusa llevaba 400 personas, incluida una tripulación de 160 marineros, en esos botes solo había espacio para 250.[11] Según el crítico Jonathan Miles, la balsa arrastró a los supervivientes "hacia las fronteras de la experiencia humana.[15][16] La pintura no tiene simetría, sino que presenta más bien un desorden intencionado acorde con el tema representado.Finalmente, se corresponde con la mirada clásica del espectador occidental, que "lee" la pintura de izquierda a derecha.Colores: La paleta es muy reducida, va del beige al negro pasando por los tonos pardos claros y oscuros.