Francesca Cuzzoni

Con una entonación perfecta y una sorprendente igualdad de registro, Cuzzoni era además enormemente admirada por el gusto y la delicadeza con que sabía adornar las melodías como por su trino que la parangonaba a un ruiseñor.

Debutó en Venecia en 1718 como Dalinda en Ariodante de Pollarolo junto a la Tesi y el castrati Bernacchi, ganando el título de Virtuosa da camera della Serenissima Gran Principessa Violante di Toscana.

Alternando su intensa actividad en Venecia, la cantante pudo lucirse también en Florencia en Tacere et amare en 1717 y en el Teatro Público de Reggio en Le amazzoni vinti da Ercole de Orlandini en 1718.

En el viaje a Londres se casó con el clavecinista y compositor Pier Giuseppe Sandoni, con quien tuvo un hijo en 1728.

Su actuación fue todo un éxito y las entradas para las siguientes representaciones se agotaron automáticamente.

Inmediatamente el público y la crítica se dividió en dos facciones, llegando a circular panfletos.

La pelea entre el público llegó a tal punto que se traspasó al escenario, donde ambas divas se enfrentaron a golpes, tirándose de los cabellos y arañándose.

Cantó en la corte vienesa y dejó al emperador prendado de su voz.

A pesar de su interés en contratarla para exhibirse teatralmente, las negociaciones no llegaron a término, teniendo en cuenta que la Cuzzoni exigía una paga realmente exagerada (24 000 florines anuales).

En 1733 volvió triunfalmente a Londres en la compañía organizada por Nicola Porpora, de la que formaban parte Senesino y Farinelli, dos famosos castrati.

El crítico Charles Burney escribió lo siguiente: «Su voz está reducida a un hilo: en efecto la garganta le era inmanejable debido a su edad (50 años) y toda la calidad de dulzura y suavidad que le hacían tan encantadora están ahora casi desaparecidas... regresó pero pobre, fea y acabada.» El 2 de agosto de 1750 fue arrestada por deudas y liberada gracias a la intervención del Príncipe de Gales.

Sus últimos dos conciertos fueron acompañados de una carta publicada en el General Advertiser donde le rogaba a sus seguidores asistir para así poder pagar sus deudas.

Grabado con la caricatura de Senesino y Francesca Cuzzoni.