[3] Su nombre podría derivar de la gruta existente en la localidad, donde se presume que existían palomas.
Esta gruta está ubicada en una formación rocosa, con aguas que verten en todas épocas del año, la que se utilizaba para beber y lavar.
En 1884 el teniente coronel Parallada, entonces dueño del paraje conocido como La Paloma, comenzó a vender pequeñas fracciones de sus terrenos, impulsando la población de estas tierras.
La localidad no fue delineada por agrimensores, como consecuencia, sus calles son desparejas, y sus manzanas de formas irregulares.
[6] La localidad está inmersa en un área netamente ganadera, aunque la forestación ha tenido una importante expansión, otras actividades en desarrollo son la citricultura y la apicultura.