En aquella época, un comediante italiano había llegado al país, quien usaba el término cosiata en sus presentaciones para referirse a los hechos teatrales sin importancia o significado.
Como era una palabra cuyo uso era tendencia, fue empleada por los medios de comunicación escritos para designar a este movimiento político.
El vicepresidente Santander aprovechó la situación para solicitar que el Congreso procediera con mucha prudencia frente a una crisis política que estaba afectando la relación entre Caracas y Bogotá, recurriendo recordar a los diputados la brillante trayectoria del General Páez y la necesidad de contar con su persona si era posible por el bien de la Unión.
Sin embargo las divisiones entre líderes venezolanos y neogranadinos se acrecentaron en vista de la demorada a las reformas constitucionales que pedía la ciudadanía, intensificándose en los años posteriores.
Los asistentes a dicha convención fueron diputados de los Departamentos de Colombia, Ecuador, Panamá y Venezuela, estos a su vez se conformaron en dos bandos, los Centralistas encabezados por Simón Bolívar y los Federalistas liderados por Francisco de Paula Santander del lado Colombiano y José Antonio Páez del lado Venezolano, teniendo más adeptos este último grupo.
Bolívar con su ferviente deseo de ver una Gran Colombia unida frente a las agresiones internas y externas, decide hacer imponer su voluntad, estableciendo así una dictadura como último recurso.
Al día siguiente, se practicó la votación para elegir al primer Vicepresidente de la República, y como ninguno de los candidatos obtuvo mayoría legal, fue perfeccionada la elección y resultó designado por dos años, el Licenciado Diego Bautista Urbaneja.
Sin embargo hubo que hacer frente a varias revoluciones, como la encabezada en Barcelona y Cumaná por el general José Tadeo Monagas, la Revolución Pro-Monárquica de José Dionisio Cisneros y Pro-Colombiana de Cayetano Gabante ambas en el Guárico durante 1834.