Esto se debía, entre otras razones, para intentar alcanzar los objetivos previstos en unas condiciones muy exigentes, en el menor tiempo posible y asegurando las mayores tasas de éxito.
Normalmente, las misiones de exploración planetarias se lanzaban con el conjunto del motor cohete, una nave portadora y una sonda.
Cuatro días después se repetía otro lanzamiento de una sonda gemela, que al tener esta éxito, pasaría a ser conocida posteriormente como Venera 8.
Un temporizador configurado incorrectamente causó que fallase el sistema automático de la etapa del cohete "Blok L" y se desprendiera demasiado temprano, encendiéndose la ignición tan solo 2 minutos de los cuatro previstos.
La Unión Soviética la denominó Kosmos 482, quedando así la sonda atrapada en una órbita en forma de basura espacial y olvidada rápidamente.
Los científicos concluyeron que probablemente eran los recipientes a presión de gas del tipo utilizado en el cohete de lanzamiento para un satélite o vehículo espacial y habían sobrevivido a la reentrada atmosférica.
En estas imágenes se reconocía las partes generales de una sonda espacial girando sobre sí misma aunque sin poder confirmar ni alcanzar a ver el estado real.
[3] Su módulo de aterrizaje, el cual pesa 495 kg, si estuviera intacto tendría posibilidades de hacer una reentrada atmosférica sin sufrir muchos daños, es decir, podría llegar a impactar contra la superficie terrestre aunque seguramente en pedazos.
La cápsula no llevaba cámaras, pero sí fotómetros, un altímetro radar, un espectrómetro de rayos gamma, una estación meteorológica y sensor para analizar la atmósfera.