Aprendió a volar en el club aéreo de Izmailovsky en Moscú y luego trabajó como instructora.
Sus nuevas órdenes establecían que debían combatir a los aviones de reconocimiento enemigos.
Sin embargo, muchas pilotos consideraban que había sido su comandante Kazárinova, la que había solicitado el traslado al general Alexander Osipenko, para deshacerse de algunas de las pilotos más críticas con ella.
De estas ocho aviadoras, cinco morirían en combate y una sería capturada por los alemanes.
El 10 de septiembre, finalmente las aviadoras abandonaron la base aérea en Sarátov y se dirigieron a Stalingrado.
Para salvar a su comandante de escuadrón, Nechaeva atrajo el fuego del avión enemigo sobre sí misma.