Antonio Cervantes

Por eso se fue para Venezuela, donde en 1967 ingresó a la cuerda del empresario venezolano Ramiro Machado, donde fue pulido por el entrenador Melquíades "Tabaquito" Sanz.Tres días después derrotó a Néstor Rojas en una decisión en diez asaltos.Venció por nocaut en ocho asaltos a Rodolfo "Gato" González, un boxeador mexicano muy famoso de la época.El combate se efectuó en el mítico estadio Luna Park de Buenos Aires, donde el colombiano perdió por decisión unánime de los jueces, quienes vieron ganador al "intocable" Locche en todos los 15 asaltos del combate.Inmediatamente se convirtió en un héroe nacional en Colombia, y muchas empresas anunciaron sus productos en sus pantaloncillos de boxeo.En esa ocasión, la historia fue completamente diferente: Locche fue apabullado por Pambelé y, a causa de que sangraba profusamente por una cortada sobre su ojo izquierdo, los séconds del argentino tiraron la toalla al comienzo del décimo asalto, lo que generó la impotencia y el llanto de Locche, y un verdadero pandemonio en el ring.Pambelé venció por knockout en trece asaltos a Josué Márquez en Puerto Rico (primera pelea de título mundial celebrada en el coliseo Roberto Clemente) y por decisión en 15 asaltos al futuro campeón mundial ligero Esteban De Jesús.Su segundo reinado lo llevó a países como Tailandia, Sudáfrica y Corea del Sur, entre otros.Peleó dos veces más por el título Fecarbox del CMB, y ganó en ambas ocasiones poco antes de retirarse en 1980.Sin embargo, Cervantes volvió del retiro debido a problemas financieros y siguió boxeando hasta 1983, ganando cuatro peleas y perdiendo la última, una decisión unánime en diez asaltos contra Danny Sánchez el 9 de diciembre de 1983 en Miami.Su vida fuera del deporte ha estado signada por los escándalos y por su adicción a las drogas alucinógenas (bazuco).Durante los Juegos Centroamericanos y del Caribe de 2006 que se llevaron a cabo en Cartagena, Pambelé protagonizó un combate callejero contra un espectador cuando ambos se disponían a ingresar al estadio para presenciar un partido de béisbol.