Desde esos tiempos, Siberia adquirió su temible connotación con el castigo, la cual fue reforzada más tarde por el sistema del Gulag soviético inspirado en los campos de kátorga y extendido al Extremo Norte ruso.
El régimen zarista había desarrollado un sistema de katorga, o trabajos forzosos, donde eran enviados en su mayoría intelectuales de izquierda y comunistas llegando a 280 000 prisioneros en 1905.
[1] Las ocupaciones más comunes en estos campos fueron trabajos de minería y construcción.
Un ejemplo notable es el Camino de carros del Amur (en ruso: Амурская колёсная дорога).
Prusia adoptó idéntica política frente a una insurrección local en la África sudoccidental alemana en 1904, llamados Konzentrationslagern, donde se llevaban también a cabo trabajos forzosos.