Catherine Eddowes

Sus padres, el hojalatero George Eddowes y su esposa Catherine Evans, quien trabajaba de cocinera en el Peacock Hotel,[2]​ tenían otros once hijos (uno de ellos muerto en la infancia), trasladándose la familia a Londres en 1843.

Su educación continuó cuando quedó bajo el cuidado de su tía en Bison Street, en Wolverhampton, asistiendo Kate posteriormente a la Dowgate Charity School y empezando a trabajar como estampadora de hojalata.

Nueve meses después volvería a Birmingham[4]​ donde comenzó una relación con el soldado retirado del Royal Irish Regiment Thomas Conway, ganándose ambos la vida en diversas ciudades vendiendo biografías escritas por él, aunque también se especializaron en la producción de gallows ballads, un género musical británico popular en aquella época el cual versaba sobre crímenes reales, llegando Kate a cantar en una ocasión una balada sobre la ejecución de su primo Christoper Robinson, quien había muerto ahorcado en Strafford en enero de 1866.

Así mismo, llevaba un tatuaje con las iniciales «TC» (Thomas Conway) escritas con tinta azul en el antebrazo izquierdo.

[11]​ Allí, Eddowes explicó que había ido a trabajar al campo pero que las cosas no habían salido como esperaba: «He vuelto a ganar la recompensa ofrecida por la captura del asesino de Whitechapel.

Robinson preguntó si alguien la conocía, pero nadie contestó, procediendo a levantarla y a apoyarla contra los postigos del edificio, pero Kate no pudo mantener el equilibrio y se cayó.

Con la ayuda del oficial George Simmons, Eddowes fue conducida a la comisaría de Bishopgate.

Quince minutos después Eddowes preguntó mediante gritos cuándo la dejarían salir, a lo que Hutt respondió: «Cuando seas capaz de cuidarte tú sola», obteniendo por parte de ella la siguiente respuesta: «Ahora puedo».

Tras abandonar la comisaría después de que Hutt le abriese la puerta y le indicase por dónde tenía que salir, Kate se despidió de él diciendo: «Buenas noches, gallo viejo».

Poco después del avistamiento de Lawende, el policía James Harvey atravesó Church Passage desde Duke Street, si bien su ronda lo condujo de vuelta a Church Passage y Duke Street sin llegar a entrar en Mitre Square,[18]​ en cuya esquina suroeste el oficial Edward Watkins descubrió, aproximadamente a la 1:45 horas, el cadáver mutilado de Eddowes.

[12]​ El forense Frederick Gordon Brown, quien había llegado a Mitre Square la noche del crimen hacia las 2:00 horas, declaró: Los intestinos fueron extraídos en gran parte y colocados sobre el hombro derecho — estaban manchados con algo de material fecal.

Algunos botones fueron encontrados en la sangre reseca al hacer el levantamiento del cadáver.

No había rastro de «conexión» reciente [...] Cuando el cuerpo llegó a Golden Lane, parte de la sangre se dispersó al llevar el cuerpo a la morgue.

Hice un examen postmortem a las dos y media de la tarde del Domingo.

Había un corte en el ángulo derecho de la boca, como hecho con la punta del cuchillo.

La arteria carótida tenía un buen agujero, la yugular interna estaba abierta, una pulgada y media — no dividida.

Las paredes abdominales fueron divididas en el medio, hasta a un cuarto de pulgada del ombligo.

Llegué a la conclusión de que el acto fue perpetrado postmortem, y no habría habido mucha sangre salpicando al asesino.

Saqué el contenido del estómago y lo coloqué en una jarra para examinarlo.

El riñón derecho estaba pálido, sin sangre, con una ligera congestión en la base de las pirámides.

Había un corte en la parte superior de la hendidura bajo la superficie del hígado, hasta el lado izquierdo.

Requirió una buena dosis de conocimiento médico haber extraído el riñón y saber dónde estaba situado.

Creo que el perpetrador de este acto tuvo tiempo suficiente, o no habría atacado los párpados.

La garganta fue tan rápidamente cortada que no pudo emitir ningún ruido.

El médico Thomas Bond se mostró en desacuerdo con Brown acerca de la destreza del asesino, constando en su informe la siguiente declaración: «En cada caso la mutilación fue inflingida por una persona que no tenía conocimientos científicos o anatómicos.

[27]​ En base al análisis de estos documentos, Camps concluyó que los cortes practicados en el cuerpo no habían sido efectuados por un experto.

Encima del mismo había un muro y, sobre este, un grafiti hecho con tiza el cual rezaba: «Los Judíos son los hombres que no serán culpados por nada».

[32]​ El grafiti, el cual no se sabe a ciencia cierta si estaba o no relacionado con la muerte de Eddowes, fue borrado antes del amanecer por orden del jefe de la Policía Metropolitana Sir Charles Warren, quien temía que dicha frase provocase revueltas antisemitas.

[36]​ Sumado a lo anterior, el episodio declarado por Smith no figura en los archivos policiales.

[50]​ El médico Saunders, quien estuvo presente en la autopsia, declaró a la prensa: «El riñón derecho de la mujer Eddowes era perfectamente normal en su estructura y saludable [...] mi opinión es que fue una bufonada de un estudiante».

Retrato de Eddowes en vida publicado en The Penny Illustrated Paper del 13 de octubre de 1888.
Esquina suroeste de Mitre Square, donde Catherine Eddowes fue asesinada, fotografía de la década de 1890.
Fotografía mortuoria de Catherine Eddowes.
Foto del cuerpo de Eddowes en la morgue tras la autopsia.
Carta Desde el infierno .
Tumba de Catherine Eddowes en el City of London Cemetery.