Concierto para trompa n.º 1 (Mozart)
Aunque está numerado como primero, es en realidad el último de los cuatro conciertos en ser completado.Comparado con los otros tres conciertos, es más corto en duración (dos movimientos en lugar de tres), y es mucho más simple tanto a la vista como en el registro y la técnica, quizás para facilitarle las cosas a Leutgeb, el trompa y gran amigo Mozart, cuya avanzada edad habría reducido sus capacidades.La partitura autógrafa contiene, localizada en puntos estratégicos del Rondó, una extraña nota, quizás dirigida a Leutgeb: <<:Para ti, Sr. Burro—Vamos—rápido—sigue con eso—como un buen tipo—sé valiente—¿Has terminado ya?—para ti—bestia—oh, qué disonancia—¡Oh!—¡¡ay de mí!!—Bien hecho, pobre tipo—¡oh, dolor en los cojones!—¡Oh Dios, qué rápido!—me haces reír—ayuda—date un respiro—vamos allá, vamos allá—eso está un poco mejor—¿aún no está terminado?—¡eres un completo cerdo!—¡qué encantador eres!—¡querido mío!—¡pequeño burro!—ja, ja, ja—¡tómate un respiro!—¡Pero toca al menos una nota, inútil!—¡Aja![1]>> Maynard Solomon califica semejante nota como "una descripción prosaica de un encuentro sexual absurdo".