Los jurats formaban parte del Consell Secret ('Consejo Secreto') que era el órgano directivo de la ciudad, y en el cual el Consell General había delegado la mayoría de sus funciones.
La elección de los jurats que gobernaban la ciudad se realizaba mediante unas listas de 12 ciutadans y 12 cavallers i generosos —uno por cada parroquia de la ciudad, respectivamente— que eran elaboradas por el Consell General, por lo que el papel del rey en su elección al principio era meramente simbólico —los nuevos jurats juraban su cargo ante el batle general, como máximo oficial real—.
Aunque una vez finalizada la revuelta, con la represión que siguió, este fin se vio frustrado, sí disponemos de los nombres de aquellos jurados en estos años:[1] 1518: Miguel Jerónimo Berenguer, Miguel Ángel Bou, Gaspar Felipe Cruïlles, Francisco Gil, Guillermo March y Bartolomé Vernegal.
1521: Arnau Bosch, Miguel Ángel Bou, Jerónimo Coll, Juan Onofre Fachs, Francisco Navarro y Jaime Ros.
[4] Los jurats tenían por distintivo una Toga o gramalla que recordaba la "trábea purpúrea" del Cónsul romano.
Para apelar sus decisiones se acudía al Consejo Real de Aragón mediante un recurso.