El de Barcelona, inspirado en el de Valencia, fue creado por Pedro el Ceremonioso en 1339 a petición del Consell de Cent, con lo que tenía la consideración tanto de funcionario regio como municipal; y extendía su competencia a las poblaciones de Sant Adrià, Badalona, Tiana, Ripollet, Sant Boi, Sant Andreu, Sarrià, Sant Just Desvern y Sant Feliu, estando obligado a salir de la ciudad al menos tres veces al año.
Este se halla constituido por una recopilación de disposiciones promulgadas por el consejo municipal entre 1337 y 1685 (las últimas añadidas al texto inicial de 1560).
[8] Durante el año de su mandato, se ocupaba de: a) dar a conocer las ordenanzas municipales relacionadas con el comercio urbano; b) inspeccionar en el mercado el cumplimiento de la normativa para evitar las prácticas comerciales abusivas.
[9] Después de examinar el objeto del conflicto tenía autoridad para tomar una resolución y estaba legitimado para exigir las penas que imponía “Nos enim iam dicto mostaçaffo tenore presentis carte nostre damus et concedimus cognitioonem et decisionem executionem et exactionem,”.
[10] El mostassaf debía imponer soluciones jurídicas en los conflictos de intereses derivados de la dinámica del tráfico económico y mercantil que no se podían resolver por la vía amistosa o consensual, sino que se ventilaban procesalmente delante de su jurisdicción y como conflictos judiciales de pretensiones controvertidas entre las partes.