Julio Villar

[1]​[2]​ Característica esencial en sus desplazamientos por la montaña, el mar o los caminos, es su afición a viajar solo.

[4]​ Nacido en San Sebastián en 1943 en una familia de seis hermanos, comenzó a escalar en 1962 y dejó los estudios para dedicarse por completo a sus actividades como montañero y viajero solitario, decisión en la que fue apoyado por su familia, en especial por su padre, cuyo espíritu de viajero frustrado se vería realizado en Julio.

Navegó por las islas Galápagos, las Marquesas, Tahití, Nuevas Hébridas y las Fiyi; llegó a Oceanía y bordeando Nueva Zelanda, Australia y el Mar de Coral, navegó por el océano Índico hasta Madagascar y Mozambique, para bajar luego hasta Ciudad del Cabo y remontar el Atlántico de nuevo por la isla de Santa Helena y el nordeste de Brasil, cerrando su travesía en el verano de 1972 en el puerto de Lequeitio, como algunos históricos navegantes del XVIII.

Habían trascurrido cuatro años y medio de navegación solitaria alrededor del mundo, "38.000 millas marinas, en una de las embarcaciones más ligeras que ha circunvalado el mundo".

[7]​ En 1986 publicó Viaje a pie, un relato íntimo, casi poético, del periplo otoñal que le llevó desde el barrio de Karrika hasta el Mediterráneo; caminando por la montaña vasca y tierras navarras, aragonesas y catalanas, Villar reflejó la experiencia de su solitario viaje contemplativo y elemental "como un humilde aprendiz de Basho".