En 1859, partió hacia América del Sur junto a su amigo el científico August Bravard.
Mientras que la idea de este era viajar a Chile para cumplir una misión científica, Balloffet opto por quedarse en Buenos Aires.
En poco tiempo, el plano de la nueva urbe quedó concluido, dándole a la misma una novedosa proyección en donde las calles principales tendrían mayor anchura; éstas serían las actuales San Martín, Las Heras, Colón y Belgrano, con el agregado de cinco amplias plazas.
A los cinco nuevos espacios verdes se agregaría la plaza Buenos Aires, proyectada sobre la arteria que comunicaba con el este (actual calle Lavalle).
Pese a estas circunstancias desfavorables erigió un fortín llamado “Aurora” en honor de su esposa.
Sus cálculos fueron tan precisos que muchos años después, este trabajo se utilizó a nivel nacional.