Puede concederse la nacionalidad francesa a los extranjeros mayores que tengan un permiso de residencia y cumplan los siguientes requisitos: residencia habitual y continua en Francia con su familia durante cinco años, justifica su asimilación a la sociedad francesa, haber cumplido las exigencias de lealtad y reserva y no haber sido condenado por un crimen o delito contra los intereses fundamentales de la Nación, por terrorismo, o a una pena igual o superior a seis meses de prisión.
[2] La pérdida de la nacionalidad francesa por desuso (o no-uso) está prevista por el artículo 30-3 del Código Civil.
Se aplica a la persona que estableció su residencia en el extranjero, así como a sus ascendientes por un periodo mayor a cincuenta años, y que no puede presentar ningún elemento de posesión de estado para sí mismo ni para su o sus ascendientes de origen francés.
[9] Debido a que Francia forma parte de la Unión Europea, los ciudadanos franceses también son ciudadanos de la misma según el derecho comunitario, y, por lo tanto, gozan del derecho a la libre circulación y tienen derecho a votar en las elecciones al Parlamento Europeo.
[10] Cuando se encuentren en un país no perteneciente a la Unión Europea, en el cual no exista ninguna embajada francesa, los nacionales franceses tienen derecho a obtener la protección consular de la embajada de cualquier Estado miembro de la UE presente en ese país.