[1] En 1971, ya se encontraba cursando el último año de la escuela media y pensaba estudiar Zoología o Biología.
Cuando sobrevolaban la selva del Amazonas, se formó una tormenta, con fuertes vientos y lluvia.
El hecho de haber caído con su butaca, y que ésta cayese sobre la espesa vegetación le salvó la vida.
Aunque observó algunas frutas en los árboles, no se las comió porque sabía que eran venenosas.
A la mañana siguiente, los cazadores, que eventualmente transitaban por dicho lugar, la encontraron en el refugio.
Las indicaciones de Juliane Köpcke ayudaron a dar con los restos del avión —se encontró la parte delantera casi intacta— y constatar que si bien sobrevivieron trece pasajeros, entre los cuales se encontraba el piloto del avión, que quedó muy malherido tras la caída, estos no vencieron a la selva y fallecieron en diversas circunstancias.
El director de cine Werner Herzog iba a viajar en ese mismo avión, pero perdió el vuelo.