El nombre se debe al color de la contusión ocular.
El traumatismo cerca de una ceja o algún lugar que no esté ubicado directamente en el ojo puede hacer que el párpado se vuelva de un color purpúreo.
Las heridas oculares y los traumatismos en la cabeza pueden también coincidir con un ojo morado.
La apariencia dramática (decoloración y turgencia) no indica necesariamente una herida seria.
Generalmente la asistencia médica no es necesaria, salvo que haya lesión ocular.